El texto, allende sus pliegues

El texto, allende sus pliegues

Hay escritores trotamundos, han recorrido el universo con sus textos, atravesado el espacio interior, descubierto o creado mundos, e interpretado sus señales. Nos llevan a percibir la literatura como un espacio intemporal, en el cual, de tanto en tanto se entrecruzan: Homero surge en la obra de Borges y se lo adivina en algunos textos de los inicios de Michaux; éste a través de  las páginas del “Voyage en grande Garabagne” a partir de las primeras líneas de “L’Empire des signes” de Barthes…

Pero el vuelco en páginas de estos textos, su forma y formato, reduce una buena parte de lo que en ellos ambula y deriva. “Todos los elementos del viaje están ahí”, dijo un día Michaux, “pero no el recorrido”. A veces, sin embargo, lo que se esconde entre los pliegues del libro y no se deja ver más que poco a poco, página a página, aparece de improviso con total claridad. Es lo que ha ocurrido con la “Prose du Transsibérien” de Cendrars y Delaunay, donde el texto se despliega y donde las frases, mezcladas con los colores, se convierten en ritmo. Esto es lo que ocurre con las creaciones de Inés Garcia Zuberbühler: ellas surcan el texto del espacio secreto del libro y le permiten desbordarse por todos lados.

La artista se propone, no sin audacia, liberar las palabras, las frases y los párrafos de lo que los mantiene unidos, de deshacer aquello, que a menudo exageradamente, liga el texto, permitiéndole así expresarse plenamente.

Aquí el texto sinuosamente se desplaza en una dispersión explosiva.

Se desplaza y desliza hacia ese más allá que habitualmente el libro esconde.

Es para leerlo allende sus pliegues.

 

Jacques Carion

 
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